El 19 de junio se inaugura el Jubileo de la canonización de los mártires vietnamitas
de J.B. An Dan

En anuncio fue dado por el arzobispo de Hue y presidente de la Conferencia Episcopal. Se concluirá el 24 de noviembre, día en que se celebra la fiesta de los 117 mártires vietnamitas. El numeroso grupo no es más que una pequeña parte de las 300.000 personas asesinadas por la fe durante la dinastía Nguyễn. También hoy hay mártires, bajo el régimen comunista. Las celebraciones inaugurales se llevarán a cabo en tres lugares históricos: Sở Kiện, en la provincia de Hà Nam (norte); el santuario de La Vang, en la provincia de Quang Tri (centro); el centro de peregrinación The Ba Giồng, en la provincia de Tiền Giang (sur). Vivir la espiritualidad de los mártires y visitar a enfermos y presos.  


Ho Chi Minh City (AsiaNews) – La Conferencia Episcopal Vietnamita acaba de anunciar que el 19 de junio próximo se dará inicio a un Jubileo especial por los 30 años de canonización de los 117 mártires vietnamitas. Las celebraciones se prolongarán hasta el 24 de noviembre de 2018, día en que se celebra la fiesta de dichos mártires.

Mons. Joseph Nguyễn Chí Linh, arzobispo de Hue y presidente de la Conferencia episcopal, explicó al respecto: “Durante la visita ad limina efectuada en marzo de 2018, los obispos vietnamitas pedimos al Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica que nos concediera el permiso para celebrar un Jubileo en ocasión de los 30 años de canonización de los 117 mártires, y el pedido fue aprobado”.

Los 117 mártires –de los cuales 96 son vietnamitas, 11 españoles y 10 franceses- fueron beatificados por San Juan Pablo II en la plaza San Pedro el 19 de junio de 1988. En aquella época, se trató de la beatificación con el mayor número de mártires, superando el número de los 103 mártires coreanos, beatificados en Corea del Sur en 1984. Este número sólo fue superado cuando el Papa polaco canonizó a 120 mártires chinos en el año 2000.

La persecución contra los cristianos estalló en Vietnam casi en simultáneo con el primer anuncio del Evangelio, a mediados del siglo XVI. Pero alcanzó su punto máximo durante la dinastía de los Nguyễn, la última familia dinástica vietnamita. Su dominio se prolongó durante 143 años, a partir de 1802, cuando el emperador Gia Long subió al trono, tras derrotar a la dinastía Tây Sơn.  Durante ese período asesinaron a más de 300.000 católicos vietnamitas.

La persecución tuvo una leve disminución cuando los franceses ocuparon la nación entera alrededor de 1886. Pero con la era comunista sobrevinieron otras olas de persecución. Hasta hoy, la Iglesia de Vietnam no ha tenido la posibilidad de recabar datos sobre el número exacto de personas asesinadas y encarceladas por la fe durante el período comunista, que aún sigue vigente. Además de la persecución violenta, hay un gran número de católicos que son discriminados y marginados a causa de su fe.  

Las ceremonias inaugurales del Jubileo se llevarán a cabo en tres lugares históricos situados en distintas provincias eclesiásticas: Hà Nội, Huế y Saigón.

La ceremonia para la arquidiócesis de Hanói y otras nueve diócesis del Norte tendrá lugar en la basílica menor de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en Sở Kiện, provincia de Hà Nam. La basílica fue construida hace 135 años; Sở Kiện es la patria de dos mártires: el Pbro. Peter Truong Van Thi y el hermano Peter Truong Van Duong.

Para la arquidiócesis de Hue y otras cinco diócesis del Vietnam central, se ha optado por el centro de peregrinación de Nuestra Señora de La Vang, en la provincia de Quang Tri. Aquí, al Virgen se apareció para consolar a algunos fieles que huían a la jungla, buscando un refugio en medio de las  persecuciones desatadas hace 220 años.

En el Sur, los católicos de Ho Chi Minh City (Saigón) y de otras 10 diócesis son invitados a reunirse en el centro de peregrinación The Ba Giồng, en la provincia de Tiền Giang. Esta región es la patria de miles de mártires del siglo XVIII y XIX.

Mons. Nguyễn ha invitado desde ahora a los fieles a “vivir la espiritualidad de los mártires” como testigos de Dios y del Evangelio en el ambiente contemporáneo.

El prelado también ha sugerido visitar a las personas que atraviesan dificultades, sean ellos enfermos, presos, ancianos, personas solas, discapacitados, como parte de una peregrinación hacia Cristo. Él ha subrayado que las personas “deben reducir los gatos en cosas que no son necesarias, para ayudar a los pobres, a los religiosos y a estructuras sociales, dedicándose a actividades para el bien común de la comunidad”.