Afrin: milicias rebeldes saquean la ciudad. Cientos de miles de civiles huyen del lugar

Negocios, viviendas, estructuras militares y de gobierno son sometidos a allanamientos y expropiaciones. El presidente turco anuncia la prosecución de la ofensiva, cuyo objetivo final es Kobane. Hay cuando menos 200.000 civiles que ha dejado el área en las últimas semanas; son casi 300 las víctimas, y hay 43 niños entre ellas. Los Estados Unidos y Europa se mantienen en silencio.


Damasco (AsiaNews/Agencias) – Los grupos rebeldes sirios –dentro de los cuales operan movimientos radicales islámicos- que han brindado su apoyo al ejército turco en la conquista de Afrin [enclave kurdo en el norte de Siria, que cayó el 17 de marzo] perpetran saqueos y robos que afectan a la población del área. Según fuentes locales, los negocios, viviendas y estructuras militares y de gobierno han sido sometidos a allanamientos y expropiaciones. En tanto, prosigue la ofensiva de Ankara en la región: el presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha afirmado que la campaña militar se extenderá a todas las zonas que limitan con esta área en la región oriental del país.

En un discurso pronunciado ayer en la capital, con el cual pretendía celebrar la “victoria”, el líder turco resaltó que “la operación militar [que ha sido rebautizada como Ramo de olivo] seguirá adelante hasta eliminar el corredor [kurdo] que conecta Manbij, Kobane, Tal Abyad, Ras al-Ain, y Qamishli”. Para Erdogan, la caída de Afrin es un hito en la lucha contra las milicias kurdas de las YPG (Unidades de Protección Popular), que según él, están vinculadas a grupos “terroristas” kurdos del PKK (Partido kurdo de los trabajadores), protagonistas de una lucha por la independencia que ya lleva décadas.  

Los líderes de las YPG niegan todo contacto, tanto a nivel directivo como organizativo, con el PKK. En los últimos años, junto a los grupos de combatientes árabes, han revelado ser una pieza fundamental en el tablero sirio –sobre todo, para los Estados Unidos- en la lucha contra el Estado islámico (EI, ex ISIS). Fuentes locales refieren que la mayor parte de los combatientes kurdos habrían abandonado el área, así como la mayoría de los 220.000 civiles que vivían en la ciudad antes de su caída.  

Testigos oculares que se encuentran en Afrin cuentan que, en las últimas horas, los grupos de combatientes han irrumpido en negocios, restaurantes y viviendas, robando a su paso comida, equipos electrónicos, frazadas y otros artículos de primera necesidad. Los objetos robados fueron transportados fuera de la ciudad. “La destrucción de la estatua de Kawa Haddad – afirma un kurdo del área-, los robos en los negocios y en la casas… todo ello es algo despreciable a nivel moral”.

Analistas y expertos afirman que Turquía ha atacado con la intención de operar un cambio demográfico en la zona, convirtiendo a los kurdos en una minoría. Ankara rechaza esta acusación, pero sigue habiendo temor por el futuro de la región, en vista de la presencia permanente de árabes y turcos, presencia que los kurdos, por cierto, no estarán dispuestos a aceptar.

Las Naciones Unidas informan que en este momento aún habría cerca de 100.000 personas en la región de Afrin, lo cual marca una neta caída en comparación con las 323.000 que se registraban en noviembre pasado. Hay cuando menos 98.000 que fueron registradas como evacuados en los centros de acogida situados en los territorios controlados por el gobierno sirio. En la batalla de Afrin habrían muerto al menos 289 civiles, de los cuales 43 serían niños.  

El asalto y la toma de la ciudad kurda se han consumado con el silencio y el desinterés de la comunidad internacional, en particular, de Europa y de la OTAN, bajo el mando estadounidense. Analistas y expertos recuerdan cuánto se ha explotado a los kurdos en la lucha contra el ISIS, para luego dejarlos abandonados a su suerte. Bruselas estaría más interesada en la seguridad de las fronteras, viendo en Erdogan un “aliado” clave para contener el fenómeno migratorio, y un discurso más amplio de geopolítica internacional. E incluso los Estados Unidos, que han estado armando a los kurdos durante largo tiempo, en esta coyuntura no han hecho nada para impedir el avance de los turcos. Al comentar el saqueo de Afrin, el gobierno de los EEUU se ha limitado a  expresar un sentimiento genérico de “profunda preocupación”. (DS)