Manila, la Jornada contra la trata de seres humanos

En todo el mundo cada año 40 millones de personas son víctimas del fenómeno. Cerca de 150 mil de ellos son ciudadanos filipinos. La comunidad católica trabaja en estrecho contacto con las agencias gubernamentales. Mons. Ruperto Cruz Santos: “Educación, divulgación y programas políticos son las prioridades”.


Manila (AsiaNews/CbacpNews)- Como todos los años en el día de la memoria litúrgica de S. Josefina Bakhita, la Iglesia católica celebró ayer la cuarta Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de seres humanos. En Manila, la recurrencia fue observada con un fórum, con a continuación de un servicio ecuménico en la Plaza Ferguson, en el barrio Ermita. El evento fue organizado por la Iglesia local y el Movimiento interreligiosos filipino (Pimaht), que invita a trabajar juntos para poner fin a la explotación y a la esclavitud.

Se estima que en todo el mundo cada año a 40 millones de personas sean víctimas del fenómeno. Cerca de 150 mil de ellos son ciudadanos filipinos, muchos de los cuales sufren abusos y la mayor parte de sus víctimas provienen de familias pobres.

De hace diversos años la Iglesia trabaja en estrecho contacto con las agencias gubernamentales interesadas en la lucha contra la trata y las modernas formas de esclavitud. Al menos cuatro órganos de la Conferencia episcopal (CBCP)-las Comisiones sobre jóvenes, acciones sociales, mujeres y emigrantes-guían la respuesta de la Iglesia al fenómeno en el país.

Mons. Ruperto Cruz Santos, obispo de Balanga y presidente de la Comisión CBCP para la pastoral de los emigrantes (ECMI), afirma que entre ellos la prioridad son la educación, la divulgación y los programas políticos. Los esfuerzos de la Iglesia incluyen la organización de una campaña de sensibilización sobre la trata de seres humanos y la expansión de su red anti tráfico en varias diócesis y parroquias.

“En nuestro ministerio contra la trata de seres humanos, nos concentramos sobre las ‘cuatro P’. Prevención de la trata de seres humanos; Protección de las víctimas; Prestar ayuda y asistencia legal; Perseguir a los traficantes”, afirma Mons Santos. “Nosotros de CBCP- ECMI-concluye el obispo-rezamos para que, a través de la intercesión de S. Josefina, nuestros emigrantes reciban una justa y ecua bienvenida en los países que los reciben, encuentren empleadores de trabajo y tengan la fuerza de llevar su cruz y seguir fielmente a Jesús”.