Bangkok, Caritas Tailandia defiende los derechos de los trabajadores migrantes

El país es uno de los mayores centros migratorios de todo el sudeste asiático. Los emigrantes económicos son 4-5 millones, a los cuales se suman un millón de ilegales. Desde el 1ero de enero rige una nueva ley sobre los trabajadores no registrados. Desde junio está en curso un éxodo de trabajadores birmanos, camboyanos y laosianos.


Bangkok (AsiaNews/EdA)- Tailandia es uno de los mayores centros migratorios de todo el sudeste asiático. La Organización internacional para las migraciones (IOM) reporta que en Tailandia están presentes cerca de 4-5 millones de trabajadores migrantes, a los cuales se suma un millón de ilegales, sobre todo birmanos. La misma situación atraviesan centenares de camboyanos y laosianos, en un clima que se ha tornado muy incierto desde el 1ero de enero de 2018, cuando terminó la moratoria para la ejecución de un decreto represivo contra los trabajadores no registrados. La medida, que fue dictada por la junta tailandesa el 23 de enero pasado, fue fuertemente cristicada por ciertas organizaciones de la sociedad civil, como Migration Working Group (Mwg) y el Mekong Migration Network (Mmn). Desde que comenzó el año, la policía realizó varios operativos en Nonthaburi, al oeste de Bangkok, arrestando a cerca de 200 trabajadores migrantes birmanos. La nueva ley prevé penas severas, tanto para los empleadores como para los trabajadores que no cuenten con permisos en regla. 

El p. Murray, dirige una escuadra de 15 personas en la Comisión nacional católica sobre las migraciones (NCCM), organización bajo la égida de Caritas Tailandia. El sacerdote declara que es difícil, con tan pocos medios, “resolver todos los problemas de los emigrantes”. “Pero estamos dando una contribución en nombre de la Iglesia”, afirma. El NCCM conduce diversos proyectos para ayudar a los trabajadores emigrantes, comprendida una campaña de información sobre los peligros de la trata de seres humanos, clases de idiomas (inglés y tailandés) y cursos de formación profesional. La Comisión también se dedica a  iniciativas orientadas a sensibilizar a los emigrantes acerca de la importancia de tener derecho al acceso a determinados servicios del Estado tailandés, en particular en el campo de la salud. “Y para hacerlo, deben obtener un permiso de trabajo regular, por lo tanto el mejor modo para ayudarlos desde nuestro punto de vista es ayudándolos a registrarse con las autoridades”, declara el sacerdote.

“Este proyecto de ley está mal concebido. Criminaliza a los trabajadores emigrantes y les hace tener miedo. Por otro lado, tampoco estoy seguro de su eficacia en la lucha contra la trata de seres humanos”, declara el p. John Murray. Este decreto fue en gran parte adoptado para tratar de mejorar la posición de Tailandia en la clasificación estadounidense sobre la trata de seres humanos, que por el momento podría conllevar restricciones en la asistencia brindada por Washington. Desde el anuncio del decreto, decenas de miles de birmanos pero también camboyanos y en menor medida, laosianos han vuelto, o por voluntad propia u obligados a sus países nativos asustados por las sanciones del gobierno tailandés. Según el ministerio del Interior de Naipyidó, 155.169 trabajadores ilegales birmanos, de los cuales 66.980 serían mujeres, volvieron a casa entre el 23 de junio y principios de diciembre.

Frente al éxodo de trabajadores y al impacto negativo de la ley sobre la economía tailandesa, el 29 de junio, el gobierno militar concedió una moratoria de 180 días, para permitir que los emigrantes birmanos ilegales que permanecieron en Tailandia puedan enmendar su situación. En todo el país se abrieron 6 centros, en los cuales los trabajadores birmanos pueden obtener un “certificado de identidad” emitido por las autoridades tailandesas. Sin embargo, sólo una pequeña parte de los 800 mil trabajadores sin permisos están en grado de registrarse a tiempo. Naipyidó y Bangkok han firmado un memorándum de intenciones que establece un proceso legal aplicable a los trabajadores birmanos para ingresar legalmente a Tailandia. Para hacer esto, deben pasar a través de las agencias reconocidas por el gobierno birmano y ser aceptados, ya desde el inicio, por un empleador puntual que pueda brindarles trabajo en Tailandia.