Rangún, vocero de los obispos: ‘La visita del Papa ha sido un éxito. La unidad de los católicos es un ejemplo para el país’
de Paolo Fossati

La alegría de todo el país por el éxito del viaje apostólico del Papa Francisco. Las reacciones de la pequeña comunidad católica ante sus palabras. Las dificultades afrontadas y los sacrificios de los fieles. La admiración de los monjes budistas: Ser unidos como los católicos. De nuestro enviado.        


Rangún (AsiaNews) – “La unidad mostrada por los católicos birmanos durante los días de la visita del Santo Padre es un ejemplo para toda la nación”. Es lo que declara el Pbro. Mariano Soe Naing (foto), vocero de la Conferencia episcopal de Myanmar (CBCM), y director de la Oficina de comunicación social (CBCM OSC). El sacerdote traza, para AsiaNews, un primer balance del histórico viaje apostólico del papa Francisco a Myanmar, a menos de 24 horas de haberse concluido el mismo.

“La visita del Papa Francisco ha sido, sin lugar a dudas, un verdadero éxito –afirma el padre Mariano. Tantas personas, provenientes de lugares y contextos diversos, han participado juntos en todos los eventos programados. En particular, en la misa con los jóvenes, celebrada por el Santo Padre en la catedral de St. Mary (foto), estaban presentes todos los grupos étnicos. Es la demostración de la unidad de la Iglesia. Hasta los budistas han quedado admirados por cómo, en ocasión de este viaje, los católicos han logrado ser un solo cuerpo, como pudo verse en ocasión de la solemne celebración en el Kyaikkasan Ground (foto), donde se lucieron por su disciplina y devoción. Estamos felices por el modo en que los fieles han participado, por los sacrificios que han hecho para no faltar al evento. Estuve presente la noche del 28 de noviembre, cuando los peregrinos ingresaron al prado, donde permanecieron de forma ordenada durante más de 12 horas”.

El P. Mariano resalta que todo Myanmar, donde cerca del 89% de la población es budista y los católicos son sólo 700.000, expresa satisfacción por las palabras pronunciadas por Papa Francisco en estos días. “El país también está contento por la visita del Santo Padre. Las repercusiones de este histórico acontecimiento son muy positivas. El primer fruto lo hemos cosechado en el momento en que el Papa llegó a Bangladesh: ya no utilizó el término ‘Rohinyás’ [se ríe, ndr]. Más bien agradeció a Dacca por la asistencia prestada a ‘las personas provenientes de Rakhine’. Esta es la primera cosa de la cual el país ha salido beneficiado por el viaje del Papa Francisco”, afirma el vocero de la CBCM.  

La presencia del Papa ha suscitado en los católcios birmanos, la mayor parte de ellos pertenecientes a minorías étnicas, un profundo sentimiento de orgullo por pertenecer a la Iglesia universal, y la responsabilidad de asumir un rol destacado en el proceso de reconciliación nacional. “El deseo del pontífice de confirmarnos en nuestra fe, de invitarnos a seguir el Evangelio, ha tenido un gran impacto en el corazón de los fieles, estoy seguro de ello –declara el padre Mariano. Otro aspecto importante es el desafío lanzado por el Santo Padre a nuestros jóvenes, el de volverse ‘mensajeros en medio de aquellos que sufren’. Depende de nosotros construir sobre los fundamentos de su mensaje”.

Las palabras del Papa han conmovido a los católicos, y no por su precisión, sino por el abordaje  firme pero al mismo tiempo delicado, con el cual ha tratado las problemáticas del país. A este propósito, el padre Mariano afirma: “La homilía pronunciada el 29 de noviembre pasado está en línea con la realidad que vivimos en Myanmar. Los fieles que estaban sentados frente a él son todas personas que sufren los dolores de la guerra civil. El Papa los ha invitado al perdón, y esto es un bien para la nación entera. Repito, ahora compete a los líderes de la Iglesia birmana construir sobre aquello que ha sido dicho por el Santo Padre. ‘Love and Peace’, el tema de la visita, no es algo abstracto, sino algo concreto, que este país puede obtener. Hoy leía los comentarios de importantes monjes budistas en los medios sociales, que mostraban las imágenes de estos días e invitaban a ‘ser unidos como los católicos’. Algunos han declarado: ‘Miren cómo se ayudan entre ellos, cuán ordenados son. ¡Comportémonos como ellos!”.

Los acontecimientos de los últimos días han permitido al pueblo birmano comprender mejor la realidad de la pequeña comunidad católica y su disponibilidad en pos de un mayor compromiso por el progreso de la nación. “Con la visita del Santo Padre –prosigue el sacerdote- en cierto sentido, el gobierno y la nación han reconocido nuestra credibilidad como Iglesia. Hemos demostrado quiénes son los católicos, hemos clarificado nuestra identidad. Ahora es evidente que podemos ofrecer una contribución sustancial al proceso de construcción de nuestro país, en el contexto de una diversidad y pluralidad muy fuertes. Los cristianos de otras naciones, donde constituyen pequeñas comunidades minoritarias, también pueden tomar las palabras del Papa como punto de partida y  volverse ‘mensajeros’. Los demás países pueden aprender de nosotros, de nuestra unidad. Hemos afrontado muchas dificultades, antes de la llegada del Santo Padre. Ante todo, el escaso conocimiento el pueblo birmano acerca de la figura del Papa. Sin embargo, el inicio del viaje ha disipado todas las dudas de los no católicos acerca de la importancia de este evento. Podemos estar orgullosos de haber superado muchos desafíos, y esto [también ha sido posible] gracias a la contribución financiera de muchos cristianos, y a la asistencia recibida del Estado”.  

“Antes de que llegase el Santo Padre, nuestra mayor preocupación estaba representada por la utilización que él haría de aquél término [Rohinyá, ndr], cosa que no habría sido aceptada por la gente de Myanmar. Además, algunos medios esparcieron el rumor de posibles manifestaciones en contra de la visita. Sin embargo, yo estaba convencido de que eso no sucedería. Por ese motivo, no estábamos preparados para estas contingencias, porque no creíamos que eso ocurriría”. El P. Mariano recuerda el momento de estos días que más permanecerá en su memoria: “Para ser sincero, el momento que más me conmovió del viaje apostólico fue cuando el Santo Padre saludó a los jóvenes en la catedral, pidiendo al personal de seguridad no intervenir. El papa Francisco estaba solo, para recoger su alegría y su calor. Los jóvenes realmente pudieron sentir el amor y el afecto del pontífice. Ha sido como ver a un padre que muestra su ternura a los hijos”.