Kuala Lumpur otorga el permiso de residencia a Kazir Naik, el inspirador de la masacre de Dacca

Las autoridades indias abrieron un proceso contra el predicador islámico. Según los investigadores bangladesíes, existe un nexo directo entre los sermones televisivos de Naik y uno de los atacantes del Holey Artisan Bakery Café. Los activistas exigen la extradición del “tele-evangelista”. 


Kuala Lumpur (AsiaNews/Agencias) – El gobierno de Malasia ha concedido el permiso de residencia permanente a Zakir Naik, el predicador islámico indio, quien es considerado el “inspirador” de la masacre de Dacca del primero de julio de 2016. Mientras sobre su cabeza penden las acusaciones de terrorismo de las autoridades de Delhi, y de diversos países occidentales (entre ellos, Canadá y el Reino Unido) que le han prohibido el ingreso a su territorio, en Malasia,  en cambio, Naik aparece un público, se toma selfies con sus admiradores y reza en la misma mezquita que el primer ministro Najib Razak.

En el país del sudeste asiático, el predicador indio es muy popular entre los radicales islámicos. Hay expertos que consideran que si el gobierno llegase a imponer su expulsión, perdería credibilidad religiosa a los ojos de la población. Esto arriesgaría afectar el consenso del que goza el premier Razak, quien hace tiempo busca ganarse a la base musulmana malasia, agudizando la censura y boicoteando textos islámicos moderados, en vista de las inminentes elecciones.

La semana pasada, Naik apareció en la mezquita de Putra, en la capital, acompañado por un guardaespaldas quien tuvo que realizar grandes esfuerzos para mantener alejados a los admiradores. Otros testigos oculares manifiestan haberlo visto en varias mezquitas, hospitales y restaurantes de Kuala Lumpur.

El “tele-evangelista” indio es uno de los más célebres exponentes de las posiciones radicales del islam salafita. Luego del atentado en el bar del barrio de Gulshan, en Dacca, los gobiernos de Bangladesh y Pakistán procedieron a la cesura del canal televisivo Peace TV, del cual Razak es propietario, que transmite sus prédicas, en las cuales se celebra e incita al odio religioso. Los investigadores bangladesíes han precisado que hay una conexión evidente entre los discursos de Naik y Rohan Imtiaz, uno de los terroristas de la masacre perpetrada en el bar para extranjeros. Tras darse a conocer esto, el gobierno de la Unión india también procedió a proscribir por cinco años la Islamic Research Foundation (IRF), tras presentarse pruebas en formato audiovisual, con las cuales quedaría demostrado que el predicador incitaba a la yihad e invitaba a todos los musulmanes a convertirse en terroristas. En junio de este año, el Ministerio de Educación del  Estado de Maharashtra clausuró una escuela que funcionaba en Bombay, vinculada a la fundación, tras haber indagado al director de dicha institución.  

Por su parte, Naik siempre ha rechazado cualquier acusación que se le dirigiera, señalado al gobierno nacionalista hindú de Narendra Modi como “culpable” de envidia, en vista de su popularidad.   En su apoyo se ha expresado el vice primer ministro malasio Ahmad Zahid Hamidi. Presentándose en el Parlamento, él dijo que no se ha tenido ningún “tratamiento preferencial” en relación al predicador en cuestión. Luego agregó que no había recibido “ninguna investigación oficial de parte de la India, referida a las acusaciones de terrorismo contra él”.

Muy distinto ha sido el accionar de un grupo de activista locales, que ha pedido a la Alta Corte que proceda a extraditar a Naik, sosteniendo que su presencia “es una amenaza para la paz pública en la sociedad multirracial” en un país como Malasia, donde aproximadamente el 40% de la población no es fiel al Corán. En un comunicado difundido recientemente, nueve sultanes malasios, que constituyen las máximas autoridades religiosas y políticas del Estado, también han condenado la intolerancia el nombre del islam, y han lanzado un llamado a la unidad y a la armonía nacional.