Dong Nai, presiones sobre católicos tras haber defendido a su párroco
de Pham Van

Veinte militantes de las “Banderas Rojas” irrumpieron en la parroquia. Un feligrés: “Somos personas cordiales y sencillas en la fe. Ni siquiera tenemos voz en nuestra vida cotidiana”. Pham Van, ex prisionero en los “campos de reeducación” llama a “proteger a los fieles de la parroquia y de la diócesis de Vinh”.


Hanói (AsiaNews) – Muchos católicos temen que se produzcan violentas represalias contra la comunidad de Thọ Hòa, en la provincia de Dong Nai (sudeste de Vietnam), luego de que el 4 de septiembre pasado defendiera a su párroco, ante la agresión de algunos militantes comunistas. No se detiene la violencia ni las intimidaciones contra la Iglesia vietnamita, abocada a la promoción de la justicia social en el país. Ya se han vuelto frecuentes los ataques, tanto verbales como físicos, de policías vestidos de civil o de pandillas de vándalos, que son costeadas por las autoridades locales para acallar a los sacerdotes y fieles.  

Hombres vestidos de civil y armados con pistolas, palos y gas pimienta irrumpieron en la parroquia de Thọ Hòa, en el distrito de Xuan Loc. Los casi 20 militantes de las “Banderas Rojas”, un grupo local partidario del gobierno, querían enfrentarse con el párroco, el Pbro. Nguyễn Như Tân (foto) a raíz de una publicación suya en Facebook, en la cual se expresaba el deseo de que haya una reforma política en el país, gobernado por un único partido, el comunista.

Al llegar el grupo al lugar, el sacerdote cerró las puertas de la iglesia e hizo sonar las campanas, para alertar a los feligreses y pedir ayuda. Los fieles retuvieron a 13 de los invasores, quienes afirmaron que eran católicos que estaban enojados con el padre Tân porque él quería “derrocar al Partido comunista y al gobierno de Vietnam”, visto que usaba palabras denigrantes para referirse al fundador del Partido, Ho Chi Minh.

Pham Van, un católico que reside en Francia, y que en el pasado estuvo prisionero en los “campos de reeducación”, afirma: “Aunque los fieles de la parroquia hayan respondido a la agresión de un modo cordial y respetuoso, en los próximos días tendrán que afrontar peligros y dificultades. Debemos pensar en un plan para protegerlos, a ellos y al vicario. Los fieles han sabido comportarse con moderación en un contexto muy complejo. Ellos reconocen la justicia y la ley del Vietnam, y esto les da derecho a preservar el orden y a proteger la paz de la comunidad y de la parroquia”.   

“Debemos suscitar interés en los hechos ocurridos el 4 de septiembre –afirma Paul Tho, parroquiano de Thọ Hòa – . Al igual que nuestros pastores, nosotros somos todas personas cordiales y muy sencillas en la fe. Ni siquiera tenemos voz en nuestra vida cotidiana”.

Algunos estudiantes de la provincia de  Hà Tĩnh que cursan sus estudios en Ho Chi Minh, declaran: “En primer lugar, los católicos deben proteger a los parroquianos. Con ellos incluso compartimos la comida y el sostén educativo para los hijos, que viven en circunstancias muy difíciles”.

Por último, Pham Van lanza un llamamiento: “En los próximos días, los católicos del Vietnam y del exterior debemos expresar nuestra comunión para proteger a los fieles de la parroquia de Thọ Hòa y de la diócesis de Vinh. Sin lugar a dudas, en este momento también necesitamos del apoyo de la Iglesia vietnamita”.