Telaafar, la caída del Califato de Daesh en Iraq

Conquistado el último bastión del Estado islámico. Al menos 500 milicianos han intentado escapar. Muchos fueron muertos por el ejército iraquí; otros, protegidos por las mafias locales o campesinos, se escondieron o fueron transferidos a otros lados. Historias terribles de niños y niñas prisioneros del Isis. Una cámara de tortura para mujeres en Saad.


Bagdad (AsiaNews)- Con la caída de Al Ayadiyya situada al norte de Telaafar se cierra en Irak el capítulo sangriento del Isis, con la llanura de Nínive ya del todo liberada del terrorismo islámico. Hace dos días el comando militar iraquí había dado la noticia de haber asesinado al Wali del Califato (Prefecto) de Telaafar mientras escapaba hacia el desierto sirio y no quedaban en el país más que pocos combatientes islámicos escapados de Telaafar y arrocados en Al Ayadiyya, último bastión de Daesh en Irak.

Según nuestras fuentes, unos 500 combatientes de Daesh han intentado escapar a bordo de vehículos, rompiendo el cerco y escapando hacia el noroeste. La fuga de ellos fue detenida por los helicópteros del ejército iraquí que dejó en el terreno más de 200 muertos, todos milicianos. Frustrado el intento de fuga se supo que muchos combatientes islámicos lograron igualmente escapar pagando cifras exorbitantes a mafias locales o pasajeros que los han llevado lejos o fueron escondidos por algunos campesinos de la zona. En horas de la tarde de ayer, el comandante iraquí de la operación: “Nínive, estamos llegando”, había anunciado de haber tomado el control total también de Kolabash, a 6 Km al oeste de Al Ayadiyya. Decenas de familias tenidas como rehenes y usados como escudos humanos, dejados solo después de la fuga de los terroristas, fueron llevadas a salvo por el ejército hacia los campos prófugos preparados para tal fin. Las historias contadas por los sobrevivientes a la esclavitud de Daesh, sobre todo aquellas de niñas y niños, son realmente terribles.

El último golpe de cola de Daesh en Irak sucedió hace dos días atrás: dos vehículos llenos de explosivos y guiados por 2 terroristas suicidas provenientes de Bukamal, en la frontera con Siria, fueron neutralizados y hechos explotar por militares iraquíes antes de poder provocar daños. Un comunicado del comando militar iraquí del Núcleo de Halcones hablaba del asesinato en el mismo día de 94 combatientes islámicos de Daesh.

Al fin de la jornada de ayer la policía federal estaba rastrillando el territorio de Al Ayaddiya en busca de combatientes desaparecidos en la nada. En un distrito desértico, sin bosques ni árboles, se preguntan dónde hayan terminado los casi 300 combatientes de Isis. La única vía de salvación estaría situada al norte, hacia los territorios controlados por los Peshmerga kurdos. La prensa iraquí se pregunta si no haya habido una connivencia, o al menos una falta de vigilancia voluntaria de parte de algunos Peshmerga kurdos.

Lo que cuenta es que desde ayer Daesh no tiene ni siquiera un metro cuadrado del territorio que había declarado ser el “Califato”, con tanto de tribunales de la sharia, de moneda local, de pasaportes y bandera negra.

En una cárcel para mujeres descubierta por las fuerzas liberadoras iraquíes en el barrio de Saad, reveló si era todavía necesario el terror y los signos de los tratamientos que allí se realizaron: salas de tortura y todas las celdas unidas por tele-cámaras; ropas femeninas manchadas de sangre; instrumentos de tortura de hierro y vidrio son los testigos de la cara oscura de este lugar, donde los sentimientos humanos y la dignidad humana fueron pisoteados y enterrados. (PB)