Beijing, el perfecto Estado policial con la ayuda de bases de datos e inteligencia artificial
de Willy Wo-Lap Lam

Tras la muerte de Liu Xiaobo se prevé una “marea baja” para los miembros del movimiento democrático. La mayor parte de ellos está en prisión, o bajo arresto domiciliario. Sus movimientos son controlados gracias a bancos de datos poderosísimos. Los cristianos subterráneos corren la misma suerte. La industria del reconocimiento facial toca las estrellas, forjada por el Estado y por las multinacionales (incluso de Taiwán). Como si esto fuera poco, en cada barrio se cuenta con el antiguo arma de los “vigilantes voluntarios” El Gran Hermano de Orwell es una realidad. Por gentil concesión de la  Jamestown Foundation (Traducido del inglés por AsiaNews).


Hong Kong (AsiaNews) – El brutal trato sufrido por Liu Xiaobo, ganador del primer Premio Nobel por la Paz de China, ha violado incluso las mismas normas de conducta civilizada a las que se atiene el Partido Comunista Chino (PCC). Al tercer día de la muerte de Liu a raíz de un cáncer de hígado –que se deterioró hasta llegar a la fase terminal fundamentalmente debido a la falta de atención médica durante los ocho años que estuvo preso en la provincia de Lianoning, en el noreste del país-  las autoridades hicieron la cremación del cuerpo del ícono de la pro-democracia y esparcieron sus cenizas en el mar. Esto fue a continuación de un breve funeral, durante el cual dos docenas de policías y personal de seguridad  se hicieron pasar por parientes y amigos que presentaban sus respetos y daban el último adiós al difunto. A los sostenedores de Liu, llegados de toda China, algunos de los cuales se habían congregado en Shenyang, se les negó el acceso a la apresurada ceremonia. Pese a que la viuda de Liu, Liu Xia, jamás fue inculpada de crimen alguno, ha estado bajo arresto domiciliario desde el 2010. Y es muy poco probable que ella vaya a recuperar la libertad de aquí en breve (Apple Daily [Hong Kong], 15 de julio; Liberty Times [Taipei], 15 de julio; HKO1.com, 14 de julio).

La mayor pregunta que se plantea tras la muerte de Liu es: ¿Irá esto a galvanizar el tan desmoralizado y desarmado movimiento a favor de la democracia en China – y encenderá otra ola de protestas? La mayor parte de los disidentes prominentes de China están en prisión o bien bajo vigilancia durante las 24 horas del día.  Sólo unos pocos han podido hablar a los medios de Occidente o de Hong Kong  para comentar el fallecimiento de Liu. No parecen tener confianza en el futuro de la democracia. El activista por los derechos humanos y columnista liberal  Mo Zhixu, un amigo allegado a Liu, sólo apuntó a decir que la muerte de Liu tendría “una influencia a largo plazo en los movimientos ciudadanos”. Hu Jia, un disidente de fama internacional que se encuentra bajo arresto domiciliario, dijo que los escritos y las acciones de Liu habían “plantado las semillas de la democracia entre los chinos”. Cuando se le preguntó acerca de la perspectiva para la democracia, Hu tuvo que decir que “Ser pesimista carece de sentido… Sólo tenemos una opción, y ésta es seguir siendo optimistas acerca de la democratización de China”. La amarga verdad es que gracias al duro control ejercido por el PCC sobre la información, y a sus incansables esfuerzos en pos de la persecución de los críticos del régimen, fuera del círculo de intelectuales, son muy pocos los ciudadanos chinos que saben quién es Liu Xiaobo. Tal como dijo Hu: “En Beijing, si de cada 100 personas, hay uno que dice haber oído algo acerca de Liu Xiaobo, ya es bastante”. (Hong Kong Citizen News, 14 de Julio; Cable News, [Hong Kong] 14 de julio; Central News Agency [Taiwan], 13 de julio).

La mayor dificultad en cuanto a los disidentes, es que éstos deben vérselas contra una tianluo diwang(天罗地网 completamente digitalizada y que lo abraza todo; “una trampa que se extiende desde el cielo hasta la tierra”), o para llamarla con los mismos términos con los que la define el miembro del Politburó Meng Jianzhu, a cargo de la seguridad interior, “una red de fangkong (防控; prevención y control) multidimensional, vigente en todo momento y fácil de manejar”.  Este red para wei-wen (维稳; “mantenimiento de estabilidad”) fue creada incluso antes de que el presidente Xi Jinping asumiera el poder, cinco años atrás. Sin embargo, fue Xi quien en 2014 introdujo el concepto de “seguridad mega-nacional”, poco después de haber creado la Comisión Central de Seguridad Nacional (CCSN), el órgano de seguridad más elevado de China.    Xi, quien a su vez dirige dicho CCSN, prometió que desplegaría una “plan de seguridad nacional con características chinas, que afrontaría los desafíos propios del siglo XXI”. “Prestaremos la mayor atención tanto a la seguridad externa como a la interna; a la seguridad territorial como a la de los ciudadanos; a la seguridad tradicional como a la no-tradicional,”, fue lo que informó  (Xinhua, 16 de abril 2014; China News Service, 1ero de diciembre, 2009). (Véase “Terrorism Fears Push Muscular Approach to ‘Overall National Security’,” China Brief, 7 de mayo, 2014). [1]

Sin embargo, la contribución más importante efectuada por el líder supremo en lo que respecta a desbaratar los movimientos a favor de la democracia u otras tendencia “anti-gobierno” ha sido su determinación a la hora de modernizar el aparato estatal policíaco, que ya de por sí era imponente, a través de la aplicación de softwares de primera orientados al espionaje y a la vigilancia. En el año 2014, Xi estableció el Grupo de Liderazgo Central de Asuntos Ciberespaciales, que se ocupa del desarrollo del mayor banco de datos digitalizados, que apunta a tener bajo la mira a “elementos desestabilizadores” que abarcan desde criminales a terroristas pasando por disidentes, personal de la Iglesia subterránea y activistas de ONG.  Cuadros especializados en weiwen cuentan con la cooperación absoluta de los medios sociales del país y de plataformas de e-commerce, así como de firmas de los rubros de tecnología de punta y de tecnología de la información, en lo que respecta establecer una red de inteligencia continua, sin grietas, que todo lo abarca, de la cual podría estar orgulloso el Gran Hermano de George Orwell (Hong Kong Citizen News, 12 de julio; MIIT.gov.cn, 5 de junio).

 

El Estado omnisciente

El mayor logro ha sido la exitosa utilización de la inteligencia artificial (IA) para sostener la estabilidad política. Tal como fuera planteado a principios de este mes por el periódico Anhui Daily, la anfang—“protección de la seguridad,” que comprende el desempeño de la policía y de la seguridad a nivel nacional- ha dado un paso adelante gracias a los sistema de seguridad que ha permitido la IA, que se han beneficiado de grandes bases de datos, redes de almacenamiento de computadoras en la nube, del “aprendizaje profundo” y de software para identificación y vigilancia. “‘La IA sumado a la anfang’ han permitido pasar de una defensa de tipo pasivo [contra los disidentes] a una puesta en guardia preventiva y activa”, dijo el diario oficialista. “Esto ha tornado posible la gestión de una seguridad pública basada en una [alta visibilidad], la digitalización y la habilitación de IA” (Anhui Daily, 11 de Julio).

 

Los software de reconocimiento facial elaborados a nivel local han permitido a la policía y a la seguridad estatal seguir las pistas de todos los “agentes desestabilizadores” en la sociedad. Las fotos de prontuario de criminales y sospechosos, así como de disidentes, son almacenadas en bancos de datos de reconocimiento facial que son administradas por la policía. China hace alarde de poseer más de 170 millones de cámaras de vigilancia y unidades de video a lo largo del territorio del país, muchas de las cuales se encuentran interconectadas con los registros de datos que habilitan las nuevas IA (South China Morning Post, 26 de mayo; Liberty Times, 4 de diciembre, 2016).

Así como en el pasado las técnicas de reconocimiento facial fueron utilizadas para actividades mundanas como el acceso a cajeros automáticos o para el desbloqueo de teléfonos celulares, los medios han reportado abiertamente que hay mayores instancias en cuanto a aplicaciones vinculadas al anfang se refiere. Tomemos, por ejemplo, el caso de un residente de Wuhan de apellido Xiao que era buscado por la policía por un presunto fraude. A principios de este mes, él estaba andando en bicicleta junto a la famosa Laguna al este de la ciudad, cuando la computadora del centro de vigilancia local de la policía emitió una señal. El rostro de Xiao había aparecido en una de las muchas cámaras de vigilancia que permiten el reconocimiento facial,  instaladas en la ribera del la laguna. Los medios locales reportaron que había un 97.44 por ciento de coincidencia entre los rasgos capturados por la cámara espía y la fotografía almacenada en el banco de datos de criminales. Xiao fue arrestado dentro de las 24 horas siguientes  (Ming Pao [Hong Kong], 10 de julio; Wall Street Journal, 26 de junio; Hong Kong Free Press, 19 de junio).

Los expertos chinos y extranjeros calculan que China tiene la tecnología para sistemas de vigilancia habilitada por IA más avanzada –y más económica- del mundo. La razón de ellos es simple: China posee el mercado más expandido en lo que atañe a reconocimiento facial, acompañado por igual nivel de know-how en este rubro. Esto va acompañado por la ausencia de leyes y regulaciones conducentes a la protección de la privacidad de los ciudadanos. Según Zhao Yong, el CEO de DeepGlint, una exitosa empresa dedicada al rubro de la IA, a la tecnología de la compañía le lleva tan sólo segundos comparar y contrastar decenas de millones de conjuntos de rasgos faciales (CPS.com.cn, 9 de marzo). Zhong An Wang (中安网, que literalmente sería “Red de Seguridad de China” o http://www.CPS.com.cn/), un popular sitio web para la puesta en marcha de IA vinculada al anfang, destaca que durante el año 2015 el sector generó productos por un valor de 486 millardos de yuanes. Los mayores inversionistas no sólo abarcan el Ministerio de Seguridad pública, el Ministerio de Seguridad del Estado y otros departamentos de gobierno, sino también compañías del sector privado. Entre las firmas multimillonarias de las áreas de IT, e-commerce, finanzas y universidades que han hecho grandes inversiones en tecnologías de reconocimiento facial se incluyen Alibaba, Citic Group,  Pingan Group, Vanke, y Tsinghua University. Megvii Technology Inc, un fabricante de software de reconocimiento facial pionero en el rubro, ha recibido considerables inversiones de multinacionales, entre ellas del gigante de la IA taiwanés Foxconn Technology (China Daily, 12 de enero; 36kr.com [Beijing], 6 de diciembre de 2016).

El papel pionero de China en lo que respecta a la ingeniería informática también ha dado lugar al desarrollo de un aparato estatal policíaco que persigue la obtención de datos esenciales de sus 700 millones de internautas estimados.   El Grupo central encargado de Asuntos Ciberespaciales ha promovido el establecimiento de un banco de datos de “crédito social” de alcance nacional. Con información provista por los medios sociales, por las plataformas de e-commerce, al igual que por bancos y bancos online, la policía y los departamentos de seguridad del Estado han establecido, desde el año 2015, un sistema de créditos sociales de cobertura nacional, con el cual hacer un seguimiento de los ciudadanos, incluso hasta en sus actividades aparentemente mundanas. (South China Morning Post, 24 noviembre 2015; BBC Chinese Service, 27 de octubre de 2015).

China no es el único país que utiliza los bancos de datos de crédito social. Los bancos y las compañías de tarjetas de crédito en los países de Asia y Occidente hacen un atento seguimiento de los ingresos y de la fiabilidad crediticia de los clientes. La diferencia está en que en el caso de China, toda esa información que teóricamente es conservada por entes supuestamente  conscientes de la privacidad como son los bancos, e-banking, plataformas de e-commerce y firmas de medios sociales va a alimentar los sistemas de vigilancia de masas de las fuerzas de seguridad. El Gran Hermano tiene un panorama completo del puntaje crediticio de los ciudadanos, de sus gastos habituales, de su puntualidad en el pago de impuestos. En la red de datos también se incluyen el nivel de educación de los ciudadanos, sus patrones de consumo, y el registro de todos los viajes al exterior (China Safety.gov.cn, 26 de junio; Hong Kong Free Press, 3 de enero). Si bien todos estos datos no están necesariamente conectados con ítems vinculados a la seguridad, forman una importante parte de una base de datos comprehensiva, que la policía puede utilizar y a la cual puede acceder rápidamente para obtener importante información de cada ciudadano chino.  

Por supuesto que la forma más cruda de compilación de datos se está llevando a cabo en distritos intranquilos, como la Región Autónoma Uigur del Xinjiang, donde la policía y los paramilitares de la Policía Armada del Pueblo están combatiendo las actividades de los disidentes y separatistas uigures.  Desde el 2016, la policía ha estado tomando muestras de ADN de los uigures con el aparente propósito de construir una banco de ADN uigur con una cobertura nacional.  Un informe publicado recientemente por Human Rights Watch, organización con base en Nueva York, resaltaba que las autoridades de Xinjiang en el último tiempo adquirieron equipos orientados a colectar, almacenar y analizar muestras de ADN por un monto equivalente a 10 millardos de dólares. (BBC Chinese, 7 de mayo;  Radio Free Asia, 7 de mayo). Sophie Richardson, quien se desempeña como Directora de HRW en China, señaló que la “toma de muestras de ADN en forma masiva, llevada a cabo por una policía china poderosa, careciendo de una efectiva protección de la esfera íntima y de un sistema judicial independiente, es la combinación perfecta para que se produzcan abusos” (Human Rights Watch,15 de mayo).

Los ojos del Partido

El énfasis en la tecnología de punta al servicio de la vigilancia se complementa con la tarea de recolección en el campo,  efectuada por la “inteligencia humana”,  basada en la famosa estrategia de la máxima del “bienestar del pueblo” proclamada por Mao.  La movilización de masas por la causa del anfang y el fangkong fue usada con éxito por primera vez para prevenir incidentes en los Juegos Olímpicos de verano del 2008. En ese año, 850.000 “vigilantes voluntarios” (治安志愿者o “voluntarios para mantener la ley y el orden”) fueron reclutados en la capital. Parte de su trabajo consistía en proveer de información a las secretarías de seguridad pública locales ante la detección de “personajes sospechosos”  o ante el devenir de “conspiraciones” supuestamente orquestadas por terroristas o grupos disidentes. Las mismas tácticas fueron adoptadas por las autoridades de Shanghái y Hangzhou para garantizar la seguridad pública durante la Expo 2010 en Shanghái y la cumbre del G-20 del año pasado.

 

Qi Cai (蔡 奇), secretario del partido que acaba de ser nombrado en Beijing, ha llevado las cosas incluso más lejos, prometiendo enrolar muchos más residentes de Beijing en la red fangkong de la capital. El New Beijing Post  informa que las diferentes categorías de informantes y otros miembros del personal de weiwen ya han superado los 1,4 millones. Cai ha prodigado elogios sobre todo por las contribuciones efectuadas por ciudadanos weiwen de los distritos de Chaoyang y Haidian. En Chaoyang,  los vigilantes voluntarios suman más de 130.000, lo cual significa que hay 227 por cada metro cuadrado. El jefe del Partido ha jurado que transformará a los vigilantes voluntarios de Chaoyang en la "quinta agencia de inteligencia más importante del mundo” (New Beijing Post, 12  de julio; Global Times, 4 de julio). Este impresionante número de espías e informantes que trabajan part-time han vuelto aún más difícil que los miembros de los grupos disidentes u ONG –incluso aquellos que trabajan en temas aparentemente inocuos, como pueden ser la protección del medio ambiente - puedan expandir su organización o crear eventos.

Conclusión

Tras la muerte de Liu Xiaobo, todas las referencias a él, incluyendo los términos que pudieran estar asociados a él, como el Premio Nobel de la Paz, la Carta 08, "el entierro en el mar", o las siglas R.I.P. fueron retirados de los sitios web chinos y de los medios de comunicación.

Incluso fueron bloqueados los emojis en forma de vela, usados por algunos como un signo de memoria. Un buen número de amigos y sostenedores de Liu, que se habían dirigido a Shenyang o que habían llevado adelante breves protestas, de pequeña envergadura, en un puñado de ciudades chinas, recibieron severas advertencias o fueron detenidos brevemente por la policía. El movimiento pro-democracia en el país se encuentra actualmente en marea baja. La creciente sofisticación y el alcance con que cuenta el aparato policial de Estado equipado con IA, significa que las metas pacíficos, moderadas y graduales tendientes a una liberalización de la política podrían caer en un letargo en el futuro próximo.   

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Notas:

[1] Para un análisis de las razones por las cuales Xi creó el CCSN, véase, por ejemplo, David Lampton, "Xi Jinping and the National Security Commission: Policy coordination and political power,” en Journal of Contemporary China, marzo 18, 2015, pp. 759–777; y Elizabeth C. Economy, “China’s Imperial President: Xi Jinping tightens his grip,” Foreign Affairs, 2014,  http://heinonline.org/HOL/LandingPage?handle=hein.journals/fora93&div=135&id=&page=