Mensaje del Vaticano por la fiesta de Buda (Vesakh): juntos en el camino de la no violencia

Las religiones deben colaborar porque a menudo se usa la religión como justificación de la violencia. Cristianos y budistas reconocen que es necesario curar el mal en el corazón, en donde tiene origen. Educar a la paz y al respeto del ambiente. Eliminar “el discurso del odio” en los medios y reconstruir “las sociedades fracturadas”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)Hay una “necesidad urgente” de caminar en la vía de la paz y de la no violencia a partir de la religión justamente porque a menudo algunos “aprovechan la religión para justificar sus actos de violencia y odio”, hasta el intento de “eliminar toda huella y memoria del otro”. Por esto es importante que los fieles cristianos y budistas, “si bien reconociendo la unicidad de nuestras dos religiones”, colaboren juntos en muchos campos: desde combatir el mal en los corazones a la educación a la paz y al respeto del ambiente, hasta la cancelación del “discurso del odio” en los medios y “a la prevención de los conflictos en la reconstrucción de las sociedades fracturadas”.

Son algunos de los puntos neurálgicos expresados en el Mensaje para la fiesta budista del Veaskh que el Pontificio consejo para el diálogo interreligioso difundió hoy. El Vesakh es la celebración más importante del mundo budista que conmemora diversos acontecimientos de la vida de Buda (el nacimiento, la iluminación, la muerte). Este año en los países de Asia oriental el Vesakh se celebra el 3 de mayo; en aquellos de antigua tradición budista, el 10 de mayo.

A continuación reportamos el texto integral del Mensaje.

 

“Cristianos y budistas: Recorramos juntos los caminos de la no violencia” 

Estimados amigos budistas:

1. En nombre del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, enviamos nuestros mejores saludos, buenos deseos y oraciones para Vesakh. ¡Que esta fiesta traiga alegría y paz a todos vosotros, a vuestras familias, comunidades y naciones!

2. Este año queremos reflexionar con vosotros sobre la urgente necesidad de promover una cultura de paz y  no violencia. En nuestro mundo la religión está en los titulares, aunque a veces de maneras contradictorias. Mientras que muchos creyentes se comprometen a promover la paz, otros utilizan la religión para justificar sus actos de violencia y odio. Vemos cómo se ofrecen a las víctimas de la violencia curación y reconciliación, pero también intentos de eliminar todo rastro y memoria del “otro”. Se abre camino  la cooperación religiosa mundial, pero se asiste también a la politización de la religión; hay  conciencia de la pobreza endémica y del hambre en el mundo y,  sin embargo, prosigue la deplorable  carrera de armamentos. Esta situación exige una llamada a la no violencia, un rechazo de la violencia en todas sus formas.

3. Jesucristo y Buda  promovieron la no violencia y fueron constructores de paz. Como escribe el Papa Francisco: “También Jesús vivió en tiempos de violencia. Él enseñó que el verdadero campo de batalla, en el que se enfrentan la violencia y la paz, es el corazón humano: «Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos» (Mc 7,21). "(Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2017 "La no violencia: un estilo de política para la paz", n 3). El Papa también hace hincapié en que "Jesús trazó el camino de la no violencia, que siguió hasta el final, hasta la cruz, mediante la cual construyó la paz y destruyó la enemistad (cf. Ef 2,14-16). En consecuencia, “Ser hoy verdaderos discípulos de Jesús significa también aceptar su propuesta de la no violencia" (ibíd.).

4. Queridos amigos, vuestro fundador, Buda también anunció un mensaje de no violencia y  paz, exhortando  a todos a "vencer al  que está enojado con el no enojarse, al malvado con la bondad, al mísero  con la generosidad y al mentiroso con la verdad" (Dhammapada, n. XVII, 3). También enseñó que "la victoria genera enemistad; los perdedores sufren. Viven en paz los pacíficos  abandonando la victoria y la derrota "(ibíd., XV, 5). Por lo tanto, se dio cuenta de que la conquista de sí mismo vale más que la conquista de otros "aunque uno pueda conquistar mil veces mil hombres en la batalla, el ganador más noble es en cualquier caso el que se vence a sí mismo" (ibid, VIII, 4).

5. A pesar de estas nobles enseñanzas, muchas de nuestras sociedades  tienen que hacer frente a las repercusiones de las heridas pasadas y presentes causadas por la violencia y los conflictos. Este fenómeno incluye la violencia doméstica,  además de la violencia económica, social, cultural, psicológica, y la violencia contra el medio ambiente, nuestra casa común. Es  triste que la violencia engendre otros males sociales, por eso  “la elección de la no violencia como forma de vida se vuelve cada vez  más una exigencia de responsabilidad  en todos los niveles” (Discurso del Santo Padre Francisco con motivo de la presentación de cartas credenciales, 15 de diciembre 2016).

6. Mientras reconocemos el carácter único de nuestras dos religiones, con las  que seguimos comprometidos, estamos de acuerdo en que  la violencia surge del corazón del hombre, y en que los males de la persona desembocan en los males estructurales. Por lo tanto, estamos llamados a una empresa conjunta: estudiar las causas de la violencia; enseñar a nuestros respectivos seguidores a luchar contra el mal en sus corazones; librar del mal tanto a las víctimas como a los autores de la violencia; formar los corazones y las mentes de todos, especialmente  de los niños, a amar y vivir en paz con todo el mundo y el medio ambiente; enseñar que no hay paz sin justicia, ni verdadera justicia sin perdón; invitar a todos a cooperar en la prevención de conflictos  y en la reconstrucción de las sociedades quebradas; alentar a los medios de comunicación a evitar  y combatir el discurso del odio, y la información sesgada y provocadora; impulsar  las reformas educativas para evitar la distorsión y la mala interpretación de la historia y de  los textos escriturarios; y orar por la paz en el mundo recorriendo juntos el camino de la no violencia.

7. Queridos amigos, podemos trabajar activamente para promover en nuestras familias, y en las instituciones sociales, políticas, civiles y religiosas, una nueva forma de vida en que se rechace la violencia y se respete a la persona humana. Con este espíritu os  deseamos una vez más una fiesta pacífica y alegre de Vesakh.

Jean-Louis Cardinal Tauran

Presidente

+ Miguel Ángel Ayuso Guixot, MCCJ

Secretario