Católico arrestado por cultivar cannabis para tratar a su esposa en fase terminal
de Mathias Hariyadi

Afectada por siringomielia, la salud de la mujer había mejorado con el uso terapéutico de la planta. Tras el arresto del marido y la interrupción de la terapia, sus condiciones se precipitaron hasta la muerte, que sucedió 32 días después. Activistas piden la liberación de su marido, padre de dos hijos. 


Yakarta (AsiaNews) – Se llama Fidelis Arie Sudewarto el católico de 36 años del distrito de Sanggau, en la provincia occidental de Kalimantan, que fue arrestado el 19 de febrero pasado por la Agencia Indonesia de Narcóticos (BNN) por haber cultivado 39 plantitas de cannabis sativa en su patio. Sudewarto cultivaba cannabis con un objetivo médico, para ayudar a su esposa, Yeni Riawati, afectada por una grave enfermedad.

Riawati murió luego del arresto del marido, 32 días después de haber interrumpido el consumo de la planta para el tratamiento de la “siringomielia” –un tumor espinal que provoca la formación de quistes o cavidades, llamados “siringes” en el interior de la médula espinal.  

Sudewarto es un funcionario civil en la administración local del distrito de Sanggau, mientras que su mujer Riawati era una docente que se desempeñaba en la escuela media pública de Mukok. De su matrimonio nacieron dos hijos, que actualmente tienen 15 y 3 años. Durante el embarazo del segundo surgieron los primeros síntomas, con la parálisis de la pierna derecha. “Los médicos locales no entendían cuál podía ser la causa de su enfermedad” explica Yohana Suyati, la hermana mayor de Riawati.

Cinco meses después del nacimiento del niño, un empeoramiento de la enfermedad de Riawati llegó a paralizarse también la pierna izquierda: llegado ese momento, una resonancia magnética reveló la siringomielia.

Tras un mejoramiento debido a tratamientos “tradicionales”, de tipo reflexológico, en el 2015 tuvo una ulterior recaída, que los médicos consideraron un problema “psicológico”, por lo cual Riawati fue internada en un hospital psiquiátrico.

Riawati luego fue sometida a una operación para remover los quistes, en el hospital de Singkawang. La intervención conllevó serios efectos colaterales, al punto de dejarla postrada en una situación de inmovilidad absoluta, como si estuviese muerta. Fue entonces que  Sudewarto comenzó a cultivar cannabis sativa: la terapia tuvo efectos positivos, permitiendo a la mujer un mejor descanso y una lenta recuperación de la movilidad de brazos y piernas. Esto prosiguió hasta el arresto del marido por parte de la unidad antidroga, a lo cual siguió un rápido deterioro de las condiciones de salud de Riawati, hasta su muerte.

El caso atrajo la atención de los medios de la provincia, para luego difundirse a nivel nacional. Algunos grupos que defienden los derechos humanos han criticado el arresto de Sudewarto, tomando en consideración las razones por las cuales estaba cultivando cannabis.

Según Misero, de la Legal Aid Foundation for the Society, la BNN no debiera conducir a Sudewarto ante la justicia en virtud de la ley nro. 35 del 2009, que prohíbe el cultivo de marihuana, en razón de la “naturaleza humanitaria del caso”. Misero agregó que la ley debiera ser enmendada: el esfuerzo por curar a la mujer fue interrumpido con el uso de la fuerza, llevando a los hijos a perder tanto a su madre como a su padre, que fue arrestado.

Según afirma Narayana, del Nusantare Drug Circle, varias personas han sido arrestadas por la misma razón.

En Indonesia son muchos los consumidores de drogas, incluyendo el cannabis, que en su mayor parte es cultivado en la provincia montañosa de Aceh. Desde allí, ésta es transportada en grandes cantidades hasta Java, usando vías internas: los contrabandistas camuflan este material “prohibido” para evitar inspecciones o allanamientos de la BNN o de otras fuerzas del orden.