Sacerdotes oficiales y subterráneos insatisfechos con la Asamblea y con los obispos participantes
de Wang Zhicheng

El énfasis sobre “la independencia” y la “autonomía” no da muchas esperanzas de que haya un diálogo entre China y el Vaticano. La Oficina de Asuntos religiosos pide a la Santa Sede “flexibilidad y pragmatismo”. La Asamblea es como un teatro en el cual todos los guiones ya están escritos. Los obispos participantes confunden el rojo de sus solideos -la sangre de los mártires- con el rojo de la ideología del régimen.


Beijing (AsiaNews)- Escepticismo hacia los verdaderos “dueños” de la Asamblea; amargura por la falta de señales positivas hacia el Vaticano; dolor por los obispos participantes, que han “vendido” sus conciencias al Partido comunista chino. Es cuánto emerge de los primeros comentarios llegados a AsiaNews, por parte de algunos sacerdotes de la Iglesia china, tanto oficial como subterránea, a propósito de la Novena Asamblea de representantes católicos chinos en curso en Beijing desde el 26 de diciembre y que se extenderá hasta esta tarde.

La Asamblea es “inconciliable con la doctrina católica”, según el Papa Benedicto XVI y según el Papa Francisco. En la edición pasada, el Vaticano había pedido a los obispos que no participaran; esta vez,  si bien reafirmando la “conocida” posición de que la misma es inconciliable, no puso ninguna prohibición a la participación reservándose juzgar a la Asamblea en base a “hechos comprobados” y esperando “señales positivas” de parte del gobierno que ayudasen a “tener confianza en el diálogo entre las Autoridades civiles y la Santa Sede”.

En los discursos pronunciados en la Asamblea, la exposición de los obispos estuvo plagada de eslóganes como “independencia”, “autonomía”, “autogestión”, en línea con la retórica del partido y de la Asociación patriótica que quiere edificar una Iglesia “independiente” de la Santa Sede. El culmen de estas afirmaciones puede ser hallado en el discurso de Wang Zouan, director de la Administración estatal para los Asuntos religiosos (SARA). Ayer, hablando en la Asamblea, él reafirmó la necesidad de que el Vaticano sea “flexible y pragmático”, aceptando la situación actual en la cual la SARA y la AP deciden los nombramientos de los obispos y la política general de la Iglesia, bajo la esfera de su control.

El padre Joseph, un sacerdote de China central, después de haber notado que en las elecciones de la nueva dirigencia, no hay “ningún cambio significativo” y que los principios de “independencia” y “autonomía” siguen siendo defendidos y proclamados, agrega: “Está claro que las señales positivas que el Vaticano esperaba no aparecieron y que todo lo dicho por Wang Zuoan acerca de la SARA, de su esperanza de que el Vaticano demostrase “flexibilidad y pragmatismo”, es justamente la respuesta a la declaración de la Santa Sede hecha antes de la Novena Asamblea”.

Otro comentario, del padre Pietro, del norte de China, ve a la Asamblea como un teatro en el cual cada uno recita una parte, y se pregunta quién es el verdadero tejedor y titiritero. Ha de ser dicho que, de hecho, la Novena Asamblea era deseada fuertemente por la SARA, por el Frente unido y por la AP, que han estado preparando durante meses el encuentro, que han visitado a los obispos y a los otros representantes y han preparado a los candidatos que serían votados en las elecciones.

 

“Al principio -afirma el padre Pietro- no tenía mucho que decir sobre la Novena Asamblea: tanto fuera como dentro del encuentro, todo parecía ser un teatro recitado, y todos los que están en el escenario o fuera de éste son actores. Todo ha sido muy bien programado: la asignación de los roles, sus guiones, la platea bien elegida, alzar las manos para votar y aprobar los contenidos, el eco en los medios---Todo eso es como una vidriera que ha sido organizada por una “oficina responsable”. Pero la gente se pregunta: ¿Esta “oficina responsable” no es esa entidad que se llama “Iglesia católica en China”? Por mi parte yo digo: El dinero gastado puede haber llegado de esta entidad, pero quien guía y toma las decisiones podría no ser la Iglesia en China”.

Un sacerdote de la Iglesia subterránea es crítico del hecho de que los obispos hayan participado en la Asamblea, dado que la misma es “inconciliable” con la doctrina católica. “Me pregunto -dice él- si sus conciencias no sentirán remordimientos. En los tres días después de la Navidad, la liturgia de la Iglesia celebró a mártires y testigos (san Esteban, san Juan Evangelista, los Mártires inocentes). ¿En Beijing han celebrado misas y meditado sobre las lecturas de la liturgia? ¿O acaso piensan que el rojo de sus solideos es del mismo color rojo que el régimen chino y que tienen el mismo significado?