Yeda, tutela masculina obligatoria para las jóvenes músicas sauditas

Para las muchachas que quieran asistir a una escuela de música de la ciudad será necesaria la aprobación del padre o del representante legal. Una medida surgida tras las protestas de muchos padres. Son cada vez más las muchachas que se inscriben en los círculos para aprender a tocar el piano, órgano o guitarra, a escondidas de sus padres.


Yeda (AsiaNews)- Los círculos artísticos y las escuelas musicales de la ciudad de Yeda, en la parte occidental de Arabia Saudita y sobre el Mar Rojo, podrán admitir también a las muchachas sólo si reciben “previa" aprobación del padre o de su representante legal. Un decisión que confirma, una vez más, el rol de sumisión de la mujer en al país árabe y el vínculo legal que la ata a un hombre, sea este su padre, marido o tutor. Es una ley que va en sentido contrario a la reciente petición efectuada en la web, que fue suscripta por miles de representantes del universo rosa, para pedir justamente la finalización de este sistema arcaico y vejatorio.

Según lo que refiere el diario árabe Gulf News, el nuevo reglamento introducido en Yeda para las jóvenes que quieran aprender el arte del canto o a tocar un instrumento es fruto de las protestas realizadas recientemente por grupos de padres. Se trata de padres y madres que no estarían en conocimiento de la decisión de sus hijas de inscribirse en los círculos musicales o en las escuelas en las cuales se enseña a tocar un instrumento.

Nizar Rami, gestor de uno de los club musicales en el centro de la controversia, explica que en el futuro, el padre o el tutor legal de la joven “deberán estar presentes” todo el tiempo que dure la lección. De ese modo, los promotores de las actividades y los docentes podrán evitar caer bajo la ira de los familiares y evitar así posibles denuncias.

Las lecciones de las aspirantes a músicos, con un costo mensual de 800 dólares estadounidenses, estarán bajo la reponsabilidad de “docentes femeninas árabes exclusivamente”, agrega Nizar. Las mismas serán dictadas  “de forma individual” y costarán más de 100 dólares “por lección”. En total, concluye, “están previstas 7 lecciones”.

La tutela masculina se hizo necesaria porque, en los últimos tiempos, cada vez más jóvenes de Arabia Saudita se interesan por la música, y en particular, por los instrumentos. “Quieren mejorar sus competencias en el arte y en la música  -concluye Nizar-, y los centros e institutos les dan una formación adecuada para aprender a tocar el piano, el órgano o la guitarra”.

En el reino wahabita, donde se aplica una rígida interpretación del islam sunita, a las mujeres no les está permitido conducir y deben recibir el permiso de un hombre -padre, marido, hermano o hijo, si son viudas- incluso para poder trabajar o estudiar. Si una mujer es encontrada “in fraganti” al volante, sufre una pena de 10 latigazos.

Entre las pocas que han querido desafiar la norma, figura la valiente campaña por la libertad de conducir lanzada en el año 2008 por la activista saudita Wajiha Huwaidar que publicó en You Tube un video mientras conducía. Las imágenes dieron la vuelta el mundo, pero nada cambió.

Sólo en los últimos años se registró una tímida y parcial apertura, que han sido más bien fruto de las concesiones efectuadas por la monarquía, en lugar de haber surgido de un cambio de mentalidad. En el 2011 el difunto rey Abdullah bin Abdul Aziz estableció la posibilidad de que las mujeres pudieran postularse como candidatas y elegir a sus propios representantes (en ese entonces, en las futuras elecciones municipales de 2015), luego de una protesta nacida en las redes sociales en la cual la población femenina pedía poder expresar su derecho al voto.

El monarca también concedió a las mujeres que puedan hospedarse en los hoteles sin tener que contar para ello con una carta del cónyuge, decisión que vuelto más fácil desplazarse a la hora de hacer negocios. Él nombró a la primera mujer vice ministro, abrió la primera universidad mixta y eliminó a los comerciantes masculino de las tiendas de lencería femenina y de las perfumerías. El nuevo rey Salman, que lo sucedió desde enero de 2015, ha mantenido estas concesiones.