Bahréin: los jueces disuelven el movimiento de oposición chií Wefaq y secuestran bienes

Para el tribunal, el grupo fomentó la violencia y alentó la discordia confesional. Durante el proceso,los abogados de la defensa han renunciado al encargo como protesta contra las limitaciones y obstáculos. Críticas de los EEUU y la ONU por la sentencia. Satisfacción del Premier Khalifa ben Salman al-Khalifa: medidas esenciales “para preservar la seguridad y la estabilidad”.


Manama (AsiaNews/Agencias)- Los jueces de Bahréin (monarquía sunita) ordenaron la disolución del principal grupo de oposición (chií) y el secuestro de todos sus bienes. Una sentencia que fue criticada firmemente por los EEUU y la ONU, y que sigue a la decisión, tomada el mes pasado por el Ejecutivo, de suspender todas las actividades de la Wefaq National Islamic Society.

Además, los fondos -que hasta ahora estuvieron a disposición del movimiento que ha guiado las protestas en favor de la democracia del 2011- estarán a disposición del gobierno.

Ayer los jueces del tribunal administrativo han establecido que el movimiento al.Wefaq ha “fomentado la violencia” y alentado manifestaciones cuyo fin ha sido provocar “la discordia confesional” en el país. Y sus líderes no dejaron de “criticar a las instituciones del Estado”.

El jurado emitió un veredicto al finalizar un proceso, en el cual el movimiento no pudo beneficiarse de la asistencia de abogados en el recinto; el equipo de la defensa había renunciado a su tarea en una audiencia anterior, como forma de protesta por las limitaciones y obstáculos impuestos por las autoridades.

El Premier de Bahréin, Khalifa ben Salman al-Khalifa, comenta con satisfacción la sentencia y confirma la línea dura adoptada por el gobierno, definiéndolas como medidas esenciales “para preservar la seguridad y la estabilidad”.  

En febrero, grupos de manifestantes salieron a las calles para pedir más derechos políticos y que finalizaran las discriminaciones contra la mayoría chií. Al mes siguiente, el rey Hamad  bin Isa Al Khalifa pidió ayuda a las naciones del Golfo- de mayoría sunita- para restablecer el orden y detener el disenso. En los enfrentamientos murieron treinta civiles y cinco policías.

En junio, la Corte de apelaciones de Bahrein duplicó la sentencia de condena contra QAli Salman Ahmed Salman, secretario general de Wefaq, pasando de cuatro a nueve años de prisión. Los jueces de segunda instancia reconocieron su culpabilidad en el tentativo de hacer caer el gobierno con el uso de la fuerza. Activistas y asociaciones en favor de los derechos humanos criticaron la sentencia, diciendo que la misma fue “fabricada con pruebas falsas” y que el “proceso era una farsa, que terminó en una condena”.

Bahréin es una monarquía del Golfo conducida por una dinastía sunita, en un país donde la mayoría de la población (al menos el 60/70%) es chií y desde hace mucho tiempo pide cambios institucionales, derechos sociales y económicos.

En el año 2011, siguiendo la estela de las primaveras árabes, se sucedieron revueltas que el rey de Bahréin -aliado de los EUU y apoyado por Arabia Saudita- sofocó con el auxilio de Riad.

En las últimas semanas, las autoridades han arrestado y condenado a activistas (entre los cuales figuran Nabil Rajab) y al líder religioso Sheik Isa Qassim, acusándolos de “servir a intereses extranjeros” y promover “las divisiones inter-confesionales y la violencia”.

Fueron bloqueadas también las actividades de Al-Wefaq, el principal grupo chií de la oposición, por estar sospechado de “terrorismo, extremismo y violencia” además de tener vínculos con una potencia extranjera (léase Irán).