Los exiliados políticos birmanos podrán regresar a su patria, pero “se precisan más reformas”

En los próximos 100 días, el nuevo gobierno de la NLD hará repatriar a los activistas perseguidos por la Junta militar. Bosco Saw Thu Ya Aung, miembro del National Youth Congress: “No se alcanzará una democracia plena en tanto siga habiendo presos políticos, es necesario liberarlos”. Los jóvenes protagonistas del proceso de reconciliación nacional: “Lamentablemente aún sigue habiendo restricciones para su participación en la política”


 Naipyidó (AsiaNews) –  Los opositores políticos en el exilio podrán regresar a Myanmar. Es lo que afirma Kyaw Tin, viceministro de Relaciones Exteriores, especificando que aquellos que fueron incluidos en la “lista negra” de la Junta militar en los decenios pasados, podrán repatriarse dentro de los próximos 100 días, excluyendo a aquellos que hayan cometido crímenes en Myanmar. Al comentar la noticia, Bosco Saw Thu Ya Aung, activista católico y miembro del National Youth Congress birmano, reconoce que esto “es un signo de buena voluntad del gobierno, en el sentido de proseguir un proceso democrático, no obstante para esto sea necesaria la liberación de prisioneros políticos y algunas reformas de la Constitución”.

Son miles de estudiantes, detenidos políticos y refugiados de guerra los que han huido al exterior  luego de las protestas pro-democráticas de 1988. La respuesta violenta de la Junta militar condujo a una política de aislamiento por parte de Naipyidó. La mayor parte de los exiliados reside en los Estados Unidos, en Europa, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Singapur y Japón. Kyaw Tin dijo también que el Ministerio de Relaciones Exteriores está pensando en cambiar las reglas para tramitar los documentos,  de modo de permitir readquirir la ciudadanía birmana a quienes la han perdido.

En el año 2012 el ex presidente Thein Sein ya había invitado a la diáspora birmana, que por “diversos motivos” había abandonado el país, a regresar a Myanmar. Los exiliados habían declinado la invitación por no haber “mejoras concretas” en el mundo del trabajo, en las estructuras sanitarias y en el campo de la educación.  

Según Bosco Saw Thu Ya Aung, ex líder de la National Catholic Youth, un progreso democrático que sea verdadero requiere de “reformas que modifiquen algunos artículos de la Constitución, como es el caso de los arts. 18 y 505 (b)”. Estos últimos, que reglamentan las asambleas públicas, a menudo fueron utilizados por el gobierno filo-militar para castigar a los defensores de los derechos humanos, a los activistas políticos y a los manifestantes.

Además de la cuestión de los exiliados políticos, continúa diciendo el activista católico, “se necesitaría proteger la libertad de expresión y la actividad de los activistas políticos. Lamentablemente aún sigue habiendo restricciones en cuanto a la participación de los jóvenes en el proceso de paz. Por eso, espero que el gobierno alcance una reconciliación nacional, que no puede ser completada sin la contribución de los jóvenes, visto que algunos conflictos son heredados de generación en generación”.

Según la Assistance Association for Political Prisoners (AAPP, uno de los más importantes grupos de la disidencia en Myanmar), en el país hay 121 presos políticos que ya han recibido una sentencia, y 414 cuyos procesos aún están en curso. En abril pasado, Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional por la democracia, ganadora en las últimas elecciones, anunció  que el nuevo gobierno liberará a “prisioneros, activistas y estudiantes que estén descontando penas en la cárcel” tan pronto como sea posible”.