Pakistán, desde la masacre de Peshawar ya se han clausurado 182 madrasas

Las autoridades pakistaníes llevan adelante una estrategia nacional para enfrentar el terrorismo islámico. Miles de personas han sido detenidas; material de propaganda del “discurso del odio” ha sido secuestrado, cuentas corrientes, congeladas; las puertas de las escuelas islámicas han sido selladas. El plan de seguridad afecta tanto a los recursos financieros de los extremistas, como a los medios de difusión de las ideas radicalizadas.


Islamabad (AsiaNews/Agencias) – Un total de 182 madrasas (escuelas islámicas) fueron clausuradas por estar sospechadas de tener vínculos con milicianos islámicos; un millardo de rupias pakistaníes (más de 8,7 millones de euros) fue congelado en 126 cuentas pertenecientes a grupos extremistas; 251 millones de rupias (casi 2,2 millones de euros) fueron secuestrados en dinero en efectivo; 8.195 personas han sido o están siendo vigiladas, otras 188 han sido incluidas en las listas de expulsión, 2.052 militantes se encuentran restringidos en sus movimientos. Éstos son algunos de los números alcanzados por el gobierno de Islamabad luego de un año de hacer frente al terrorismo, después de la masacre de Peshawar en la cual murieron 134 niños y nueve adultos.

 

Los datos fueron publicados esta semana por la Associated Press of Pakistan (APP), medio oficial del país asiático, que informa que ha habido un endurecimiento en la vida de los seminarios religiosos sospechados de difundir mensajes de propaganda del terrorismo. La agencia informa que las escuelas han sido clausuradas en las provincias de Punjab, Sindh y en Khyber Pakhtunkhwa, de la cual Peshawar es la capital.

 

Las acciones encaradas contra el terrorismo islámico fueron coordinadas por el National Action Plan (NAP), que fue instituido luego de la masacre ocurrida en diciembre de 2014 contra la escuela militar, llevada a cabo por talibanes afiliados al Tehreek-e-Taliban Pakistán.

 

La estrategia del gobierno ha asestado un golpe tanto a los recursos financieros de los extremistas como a los posibles ejecutores materiales de nuevos atentados. Las autoridades han registrado 1.026 casos y han arrestado a un total de 230 sospechosos.

 

Por otro lado, se han prohibido 64 organizaciones, mientras que las Naciones Unidas han declarado fuera de la ley a otras 74. La agencia de estado refiere que las actividades de algunas asociaciones son mantenidas “bajo vigilancia continua”.

 

Por último, en lo que hace a los medios de propaganda del “discurso del odio”, el gobierno pakistaní ha confiscado 1.500 libros y ha clausurado 73 negocios. Las fuerzas de seguridad han logrado seguir las huellas de 2.337 discursos y han logrado arrestar a 2.195 personas.