​Vietnam, líderes religiosos: la nueva ley es "un paso atrás" en la libertad religiosa
de Ngoc Thanh
Continúa la polémica sobre la propuesta que está siendo examinada en el Parlamento en lo que hace a la práctica del culto. Para el Ejecutivo, la norma "ratifica" el derecho a la libertad religiosa. Para los críticos, no hay trazas de estos derechos en el nuevo proyecto. De hecho, Hanoi mantiene un control sobre las actividades de culto. Cardenal vietnamita: "Se trata de una mera fachada de apertura".

Hanoi (AsiaNews) - Cotinúan en Vietnam los enfrentamientos entre el gobierno y las autoridades de las principales organizaciones religiosas y de culto, en torno a la nueva ley sobre religiones y credos, que el Parlamento está en proceso de aprobar antes de concluir el año 2015, o bien a comienzos del 2016. Se trata de una norma que, meses atrás, hizo surgir protestas de caodaístas y católicos además de una crítica absoluta por parte del obispo de Kontum, Mons. Michael Hoang Duc Qanh. En una carta dirigida a la Asamblea Nacional, el prelado calificó la norma como una lisa y llana "violación al derecho a la libertad religiosa”. 

La ultima reunión parlamentaria del proceso, que llevará a la aprobación de la ley, se llevó a cabo el pasado 20 de noviembre. Para el Ejecutivo, la norma "ratifica" el derecho a la práctica del culto, el cual es "un derecho de todo ser humano", no obstante "no se contempla entre los derechos de los ciudadanos".

Fue durísima la respuesta de las autoridades católicas y de los representantes de varios credos, que confirman su incansable oposición a la misma. Según los críticos, la ley está plagada de condicionamientos sobre el registro de lugares de culto, sobre el personal, las actividades, el destino del personal, los programas (que deben ser presentados con un año de antelación para su aprobación), todo lo cual haría prácticamente "imposible" encarar acciones en el ámbito de la fe. 

Nguyễn Đình Thắng, vietnamita americano y director de la Vietnamese Boat People (VBP), recuerda la absoluta oposición de los líderes religiosos, para quienes la ley es "un paso atrás en lo que hace a los derechos y la libertad”. A este respecto, el Consejo Interreligioso de Vietnam, formado por representantes de las cinco religiones más importantes y reconocidas en el país, es contundente: “Estos derechos y libertades [particulares de todo individuo] no se encuentran en absoluto en el proyecto de Ley sobre religiones”.

Fue seca la réplica de los representantes del poder Ejecutivo, para quienes la norma ahonda en la tutela de los derechos y de las libertades individuales en el tema del culto. “La Ley sobre religiones es ‘progresista’ - afirma Tan Duong Ngoc, número dos del Comité gubernamental sobre culto - porque ‘reconoce’ las organizaciones religiosas, condeciendo ‘espacios de libertad’ a las organizaciones de culto”. Opinión que es compartida por el historiador Hung Quang Do, que se cuenta entre los que adhieren al proyecto, y para quien el texto “amplía las áreas de libertad”, como la posibilidad “de que los presos” puedan practicar su culto en la cárcel, además de conceder “estatus legal” a los diferentes credos,  “restringiendo” los ámbitos de intervención del Estado.

Palabras que no convencen en nada a expertos, activistas y representantes de los diversos credos. Para la investigadora Thi Lien Tran es clara "la impronta del partido comunista” vietnamita en la nueva ley, que claramente tiene el objetivo de limitar el impacto de las religiones en la sociedad.   “Este gobierno comunista -precisa- siempre ha deseado mantener una posición de hegemonía sobre las ordenaciones de los religiosos y sobre los representantes de los diversos credos”. En referencia a esto, es útil recordar la posición expresada por el Card. Peter Nguyễn Văn Nhơn, arzobispo de Hanoi y representante del Consejo Episcopal Vietnamita, en una reciente entrevista concedida a Le Monde: “Por un lado, el gobierno vietnamita ha expresado su apertura en relación a la religión -afirma el purpurado-, pero, por el otro, ha propuesto una norma que implica un claro paso hacia atrás respecto a los objetivos alcanzados en el pasado”.