Sínodo: Papa, la doctrina sobre el matrimonio no está en discusión, y la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar no es el único problema
En las 72 intervenciones realizadas “muchos” han versado sobre “el crecimiento de la pareja y de la familia y del acogimiento necesario para ayudar a este crecimiento ”. Entre los interrogantes por responder, “cómo la Iglesia puede ser una comunidad que acoge y sostiene a las familias en dificultades ”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) –  La doctrina sobre el matrimonio no está en discusión, y la comuión a los divorciados que se han vuelto a casar no es el único problema que el Sínodo debe afrontar. Lo dijo esta mañana el Papa Francisco en una breve intervención durante el trabajo de la Asamblea. Así lo refirió el Padre Federico Lombardi, director de Prensa de la Santa Sede, en el briefing (resumen) del trabajo realizado durante esta mañana.

Francisco, siguió diciendo el Padre Lombardi, hizo notar que “el Sínodo ha de vivir una continuidad con el extraordinario del año pasado, y que los documentos que han de considerarse oficiales son los dos discursos del Papa, el inicial y el final, y la Relatio Synodi, estudiada por el Consejo del Sínodo y a la cual se han agregado las contribuciones llegadas entre las dos asambleas: así se ha obtenido el Instrumentum laboris, aprobado como documento de trabajo, en el Sínodo que se celebra ahora”. El Papa dijo, entre otras cosas, que “ahora se continúa con el aporte de los Círculos Menores, que contribuyen a proseguir el trabajo hacia la Relación Final”.

“Muchas intervenciones” han estado relacionadas con “el crecimiento de la pareja y de la familia y el acogimiento necesario para ayudar en este crecimiento”.  Entre los interrogantes por responder está, “cómo la Iglesia puede ser una comunidad acogedora que sostiene a las familias en dificultades”. La relación entre las generaciones, con la importancia de los ancianos y las “problemáticas vinculadas a las migraciones”, sobre todo por parte de los padres y patriarcas orientales, fueron otros temas de debate. Se habló de la “revolución cultural propia de la época que estamos viviendo, en la cual se enmarca el trabajo del Sínodo; la reflexión acerca de cuál es el lenguaje apropiado, por parte de la Iglesia, para describir las situaciones y evitar la impresión de un juicio negativo al enfrentarse a situaciones y personas”, tomando el ejemplo del “lenguaje usado por el Papa en la catequesis, como un modo concreto, simple, claro y positivo de hablar a la familia en el mundo de hoy”.

No faltaron, por otra parte, las intervenciones que aludieron a la violencia en las familias y en la sociedad, en particular sobre las mujeres. Varias intervenciones se centraron justamente sobre el rol de la mujer en el matrimonio y en la familia. Se habló también de la inmigración, de los refugiados, de “cómo actuó la familia en las persecuciones, del trabajo infantil, de las situaciones de dificultad ligadas a la extrema pobreza o a los conflictos, del “matrimonio por etapas” y de la poligamia en Africa.

En el curso de las reuniones que se han desarrollado hasta ahora "hablaron 72 Padres, representativos de todos los continentes”. Entre los participantes que tomaron la palabra, 10 son de América Latina, 7 de América del Norte, 26 de Europa, 12 de Africa, 8 de Asia y Oceanía y 6 de Medio Oriente. La mayor parte de las intervenciones fueron hechas en italiano, aunque también las hubo en inglés, francés, español, alemán y portugués. En la reunión de anoche, una hora estuvo dedicada a las intervenciones libres. En el curso de esta sesión algunas intervenciones estuvieron vinculadas a la metodología de los trabajos del Sínodo.

Esta mañana, por último, el Cardenal George Alencherry, presidente del Sínodo de la Iglesia siro-malabaresa (India), afrontó la cuestión del celibato en el curso de su homilía, durante la misa que abrió el segundo día de trabajo en el Sínodo. Tomando como ejemplo al profeta Jeremías, “Le fue pedido no tomar mujer - afirmó - debió hacer experiencia de la soledad, de la misma manera que Jesús”. “Los pastores de la Iglesia hoy son llamados a asumir en sus propias vidas un rol de sufrimiento similar al de Jeremías”.