Una fuerza militar árabe para combatir a los chiíes y (quizás) el estado islámico
Los países de la Liga árabe tienen listo el borrador para armar una coalición armada que intervenga en las situaciones de tensión en el mundo árabe. Un hecho juzgado “histórico”, que deja de lado las pasadas coaliciones, siempre guiadas por occidente. La lucha contra los islamistas y hasta el problema israelí-palestino pasaron a un segundo lugar; el primero es el de frenar la influencia de Irán. Confesionalizando los compromisos militares, se le da mayor respiro al Estado islámico y se aplacan las protestas y pedidos sociales y las políticas de las primaveras árabes.

El Cairo (AsiaNews)- En este fin de semana Egipto hospeda un encuentro de la Liga árabe que tiene por tema el nacimiento de una fuerza militar común para combatir al “terrorismo”. Pero esto sucede teniendo como fondo la coalición guiada por los sauditas que están combatiendo a los rebeldes chiíes en Yemen.

El presidente egipcio Abdelfattah al-Sisi, preocupado por el caos difundido en Libia y en Sinaí, pidió ya hace tiempo una acción común para derrotar a los islamistas. Pero, también Egipto se unió a la coalición de más de 10 países- con fuerzas aéreas y navales- para frenar la avanzada de los rebeldes Houthi en Yemen y la creciente influencia de Irán en Medio oriente.

En Sham el-Sheik, sede del encuentro llegó hasta el presidente yemenita Abedrabbo Mansour Hadi, escapado de su país y luego refugiado en Riad. Se espera también la presencia del secretario general de la Onu, Ban Ki.moon, que continúa recordando a todos los países de la Liga árabe que la solución de los problemas de Yemen está en el diálogo y no en la confrontación armada.

Pero los ministros de Exteriores de la Liga, ya han preparado un borrador para dar inicio a la fuerza militar común árabe, saludada como un evento “histórico”, capaz de intervenir en las situaciones de tensión que amenazan al mundo árabe, en lugar de las coaliciones que se sucedieron hasta la actualidad pero siempre guiadas por occidente.

Pero en la agenda de trabajos, figuran también el proceso de paz israelí-palestino o la difusión del Estado islámico en Irak, Siria, Líbano el así llamado “Arco chií”.

Oraib al-Rentawi, jefe del centro de estudios políticos de Al-Quds, entrevistado por Afp, afirma que las prioridades de Arabia saudita “es enfrentar la creciente influencia de Irán en la región”, mientras que Egipto y Jordania piden se haga una lucha contra los radicales islamistas. Pero por el momento, el Estado islámico parece ser una amenaza secundaria.

Entre los analistas se hace notar que caracterizando en sentido confesional el compromiso de las fuerzas árabes (sunnitas contra chiíes) se obtiene dos resultados preocupantes: el primero es la mayor libertad y expansión del Estado islámico, hasta ahora combatido en el terreno sólo por Irak e Irán; el segundo es que poniendo en luz las pertenencias religiosas, se sofoca toda reivindicación de reforma política y social en el mundo árabe, a cuatro años de las revoluciones de la primavera árabe.