El presidente birmano firma la "ley vergüenza" que regula religión, matrimonios y familia
Ahora el texto pasa al parlamento, para la aprobación final. Esta prevé límites y vínculos para las conversiones, las bodas entre cónyuges de fe diversa e introduce los métodos de planificación familiar. Críticas de activistas y sociedad civil: discrimina una particular nacionalidad y religión, transforma el matrimonio en una "trampa".

Yangon (AsiaNews)- El presidente birmano Thein Sein aprobó la controvertida propuesta de ley sobre la religión y la planificación familiar, enviándola al Parlamento para la vía libre final. La firma fue ayer e inmediatamente levantó protestas y críticas por parte de activistas pro derechos humanos y asociaciones que juzgan a la nueva norma como "discriminatoria contra las mujeres" y "los musulmanes", en una nación hasta ahora conservadora y con una mayoría budista. La propuesta pasa ahora a los diputados, que en la próxima sesión deberán discutir los varios puntos del proyecto: entre éstos, las restricciones a los matrimonios mixtos, a las conversiones y al número de personas que componen el núcleo familiar.

La ley firmada ayer por el presidente es fruto de un grupo budista radical y extremista llamad "Asociación para la protección de la raza y de la religión"; esta parte de 4 propuestas que regulan el matrimonio, la práctica del culto, la poligamia y la planificación familiar.

Según el proyecto de ley en el futuro, los que querrán convertirse a otra religión deberán cumplir un complicado trámite burocrático y procesal, si bien por ahora no están fijadas las penas para quien viole la norma. Esta regula también el matrimonio entre mujeres budistas y hombres de otras religiones, que deberán pedir permiso a las autoridades locales para celebrar las bodas, previa publicación en un albo. Los futuros cónyuges podrán casarse "sólo si" no habrán objeciones y en caso de violación de la ley, están previstos varios años de prisión.

Activistas del Kachin Peace Network, afirman que "el gobierno quiere discriminar a una particular nacionalidad y religión" y califican a la nueva ley como "una vergüenza para todos los ciudadanos de Myanmar". Y varios movimientos femeninos lanzan la alarma sobre posibles abusos hacia la mujer al interior de la sociedad, definiéndola como una "trampa matrimonial". Críticas también al proyecto de planificación familiar, que impondría restricciones a los nacimientos.

El pedido de leyes de protección de la religión (budista) y de la raza en Myanmar de parte de la población, en particular entre grupos budistas radicales, han tomado vigor desde el inicio de las violencias entre budistas y musulmanes en el Estado occidental de Rakhine, en el año 2012. Los enfrentamientos entre las dos comunidades han causado más de 200 muertos y al menos 140 mil evacuados; si bien la ley firmada por el presidente no haga referencias específicas hacia alguna religión, muchos consideran que haya sido escrita para impedir a los musulmanes el convertir mujeres budistas a través del matrimonio.

Desde hace tiempo en Myanmar se levantó una ola de protestas y voces en contra de esta norma que regulará religiones, matrimonios y vida familiar: en mayo pasado un movimiento activista formado por 97 asociaciones multi-étnicas y multi-confesionales- entre las cuales las cristianas y católicas- reprobaron la propuesta porque "ataca a las mujeres y a la armonía religiosa", y está escrita por motivos de "interés político". En enero pasado intervino sobre la materia también el arzobispo de Yangon, mons. Charles Bo, el cual afirmó que "matrimonios, conversiones y voto son derechos personales inviolables".