Seúl (AsiaNews)- El régimen nord-coreano amenazó con un nuevo test nuclear en respuesta a la investigación anunciada por la Onu sobre los abusos contra los derechos humanos realizados en su territorio nacional. Para el ministro de Exteriores de Pyongyang, detrás de la resolución aprobada por el Palacio de Vidrio que pide que el país sea llevado a un Tribunal penal internacional "está la mano de los EEUU". El gobierno de los Kim ya realizó 3 test experimentos atómicos no autorizados en los años 2006, 2009 y 2013. Justamente estos experimentos han exasperaron las sanciones internacionales contra el país, destruido desde el punto de vista económico.
Según el régimen, las acusaciones de la comunidad internacional "se basan sobre testimonios fabricados en la mesa por los exilados de Corea del Norte" adiestrados a hacer lo que les dice Washington. Aprobar la resolución fue una grave provocación política por parte de los EEUU. Una tal agresión no nos deja otra elección sino la de poner en acto otro nuevo experimento nuclear", Según algunas imágenes satelitales las áreas alrededor de los reactores conocidos" están en pleno movimiento.
Un vocero del departamento de Estado americano respondió: "Sería totalmente equivocado amenazar similar actividad en respuesta al legítimo interés de la comunidad internacional sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte". A pesar del clamor político es improbable que la resolución de la Onu produzca algún fruto: de hecho, el texto pide al Concejo de seguridad denunciar a Pyongyang en un Tribunal penal internacional, pero el veto de China y Rusia (o uno sólo de los 2 países) podría bloquear todo.
Hoy por hoy Moscú y Beijing son los últimos aliados- siempre más reacios- del régimen de los Kim. En más ocasiones, el presidente chino Xi Jinping demostró su malestar por las acciones del vecino, mientras que Vladimir Putin no se expresa de hace mucho tiempo. Por el momento, el número 2 del régimen nord-coreano, Choe- Ryong Hae, secretario del Partido de los trabajadores- está en Rusia. Secreta la agenda de los coloquios, que prevén también la participación del mismo Putin.